Hace ya años que alguien me contó que tenía una cúpula en algún pueblecito lejos de aquí y que le gustaría que pintase en ella algo bonito inspirado en la vegetación y animalitos del lugar… De qué animalitos se trata? le pregunté yo… Mariposas, pajaritos…me contestó él, acompañándolo de miles de historias de aquel bonito valle…
Y ayer, por fin, conocí la cúpula, situada en un valle como los de los cuentos… Al ser domingo aprovechamos e hicimos una excursión hasta allí junto con parte de la familia.
A medida que íbamos llegando, a Sofi y a mi, se nos iba dibujando una sonrisa en la cara y también más adentro…en el corazón… Qué suerte poder llenarla de un río, montañas de colores, mariposas y pajaritos cantores…
Después de conocerla y almorzar nos dio un paseo por los alrededores de la casa…
Caminar entre árboles siempre me produce una emoción especial, pero es que además, nuestro anfitrión, de repente, hizo algo que nunca antes habíamos visto… Abrió una bolsita que tenía en la mano desde el principio del paseo mientras nos contaba las historias de aquel singular lugar y cuando pensábamos que estaba lanzando migas de pan para los pájaros, vimos que las migas brillaban en el aire porque eran monedas (centimos) esperando que un día, quién sabe, un niño buscando tesoros las encuentre o quizás, dentro de muchos años, ayude a alguien a conocer que monedas utilizamos ahora…Yo personalmente me quedé tan maravillada con el momento migas de pan transformadas en monedas que no quise ni preguntar…y claro el abuelito, el duendecillo, Caperucita Roja, Caperucita Azul y las haditas del bosque sonreímos sorprendidos mientras caminábamos por otro cuento «)
Qué increíble que aquel señor supiese convertir las migas de pan en las monedas de un tesoro…
Dolça ♥