Ha pasado ya más de una semana, y todavía me sonríe, nunca mejor dicho, el corazón, cuando me acuerdo de los talleres «Pintando de amor» que realicé en Suecia. Aprovecho la ocasión para enseñaros el lugar que fue mi oficina durante la mañana del viernes.
La biblioteca de Malmö, podría ser, perfectamente, mi estudio para siempre. Allí, fue donde escribí «Te quieros» en los idiomas que me faltaban.
El jueves ya habíamos consumido la mitad y ahora me quedaban otros 50 para el taller de la tarde.
Viendo las fotos después, me di cuenta de que un dibujito en la pared de en frente, también me decía «Te quiero».
Agradecida por la bonita entrevista que me hizo Simon Lindström para informar a los padres de quién era yo y de dónde había salido je,je… De repente, una española pintando de amor… también por su interés porque este workshop sucediera.
Emoción, al ver las fotos que Sofi hizo intentando captar momentos bellos, como aquel papá tan grande que se derritió de amor pintando un corazón…
o aquella mamá que orgullosa me pídió hacerse una foto conmigo.
Gracias, a todos los que, de vez en cuando, me dejáis hacer este tipo de cosas en vuestros colegios.
El dinero, igual que viene se va, pero los momentos mágicos como éstos, siempre se quedan.
Y como decía Bob Marley: «My richness is life forever».
Dolça