Una vez leí que había días que son como una vida entera porque pasa algo tan maravilloso que multiplica cada minuto por mil, porque lo vives con tanta intensidad que te llenan por completo…pues eso ha sido lo que ha sucedido durante tan solo una semana en un pueblecito de unos 6.000 habitantes llamado Norberg, donde el arte, la naturaleza y sus gentes se ha fusionado de una manera más que maravillosa… No había mejor manera de celebrar mi último año antes de alcanzar los 50 y me ha hecho confirmar que esa búsqueda eterna de lo esencial cuando dibujo, es lo que realmente necesito para ser feliz.
– Como un cuento, decía ayer Sazed,
-Incluídos sus personajes…
-La galería te queda genial, dijo Beppe, el galerista, durante las últimas horas en la galería, que por cierto exprimí al máximo.
– Quédate!!
Tuve la suerte de poder celebrar allí el «midsommar» sueco y me sentí muy inspirada para hacer esta serie de chicas de todo el mundo celebrando el solsticio de verano, mientras que estaba en la galería. La última tarde que estuve en la galería me quedé hasta muy tarde pintándolas.
De tanto dibujarlas, a la mañana siguiente, me convertí en una de ellas. Las hijas del galerista, Ella y Agnes, me hicieron por sorpresa una corona hecha con las flores silvestres que tanto me gustaron nada más aterrizar en Suecia
También, esa misma mañana, me encontré a la más pequeña de la casa dibujando en el suelo de la cocina. Un ratito antes, había pasado por la galería buscando tijeras y pinturas y le di un bote lleno de los rotuladores del taller… me pidió que le dibujase una de mis chicas «Glad midsommar» y le añadí también una nube. A su ladito, dibujó ella después una mamá nube TAN bonita…
Tack so mycket… Muchas gracias a todos los que vinistéis a conocer mi Dolça World.
Vuelvo en 5 minutos…
Dolça :)